Domingo 22/07/2012
Pastora Tania de Reyes
Romanos 8:19 RVR60 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Mateo 7:20-23 RVR60 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Cuando yo estaba estudiando el tema vino mucha respuesta a mi corazón de porque es que Dios nos está pidiendo que nos avivemos, que nos levantemos que despertemos, que abramos nuestros ojos, que la gloria de Dios nos está visitando, la creación gime por la manifestación de los hijos de Dios, no se canse de orar, de declarar de levantar sus manos y proclamar que usted está en esta tierra porque es sal del mundo, usted puede hacer que las cosas que van adversas en medio de este mundo natural puedan cambiar, no se trata de quien puede más, quien tiene más o a quien usa más el señor, se trata de tener un corazón dispuesto verdaderamente a dejar que sea el señor el que nos use, y un corazón agradecido para poder bendecir a los demás.
Necesitamos cambiar nuestra forma de pensar y nuestra forma de actuar, encontramos en este pasaje que es uno de los más complicados en cuanto a nuestra vida como hijos de Dios, porque Dios quiere que nosotros le sirvamos Él quiere usarnos, quiere manifestarse en nuestras vidas y nos lleva a reflexionar que cada persona que obra en nombre del señor Jesús, debe tener cuidado de mantener su relación con el señor y no solo hacer las cosas en nombre del señor, no se trata tan solo que tú en el nombre del señor Jesús determines un milagro sobre una persona, no se trata de que tú en el nombre del señor Jesús veas demonios ser reprendidos, se trata de que tú debes mantener una relación con el señor, verdaderamente conocerlo y entender el propósito de Él en tu vida en esta tierra y en lo que Él ha anhelado para ti.
Nosotros tenemos que mantener una relación genuina con Dios, orar, someternos en lo intimo con el señor, y es que realmente estamos carentes de una relación intima con Dios, estamos preocupados por tantas cosas a nuestro alrededor el tiempo se nos consume, pero Dios jamás dijo que iba a acortar el tiempo de relación con nosotros, queremos que Dios nos use, queremos con libertad danzar y poder levantar nuestras manos y ver la gloria de Dios en nuestras casas, pero la relación con el señor es tan corta, pero nos mantenemos tan ocupados en otras cosas que hemos olvidado que la esencia de lo que verdaderamente Dios anhela en su creación en la voluntad de sus hijos, en todo lo que tú haces, es que mantengan una relación estrecha con Él.
Estamos acostumbrados a un tipo de oración que se nos va en un pliego de peticiones sin poder escuchar la voz de Dios, y todo esto nos lleva a mantener una religiosidad, hoy es un día en el que debemos entender que es momento en que nos relacionemos con Dios, tenga momentos agradables con Dios, deberíamos de venir aquí con una actitud expectante en cada momento en cada tiempo, haber que es lo que Dios tiene para mí, porque Él me va a hablar, yo quiero estar con Él, disfrutar con Él, poder verlo, poder sentirlo, poder percibir lo que tiene para mi vida, Dios está aquí pero nuestro corazón que está tan duro no permite que su presencia penetre en nuestro ser y poder conocer a ese Dios que Él quiere que conozcamos, lo más importante de los verdaderos avivamientos es el cambio profundo que ocurre en el lugar más intimo de nuestras vidas, el verdadero avivamiento va a producir buen fruto, hay cosas que si tú no estás agarrado de la mano de Dios en tu vida van a hacer que te desvíes del camino, hemos cambiado muchos aspectos de agregarle a un servicio más que la presencia de Dios, miramos que herramientas tomamos más que la unción de Dios caiga sobre nuestras vidas, andamos viendo la manera de cómo podemos sustituir muchas cosas de las que Dios nos da en lo secreto ahorradas por tiempo o discernidas por otras personas en nuestra propia vida, nos gusta que nos digan que es lo que vamos a hacer sin que verdaderamente sea el señor el que directamente nos lo diga.