Hebreos 11:06 (TLA): “Porque Dios no le gusta que no confiemos en él, para ser amigos de Dios, hay que creer que él existe y que sabe premiar a los que buscan su amistad.”
En la primera parte, vemos lo siguiente: hay muchas cosas que a Dios no le gustan de nosotros, pero especialmente, no le gusta que no confiemos en él. Por ejemplo, hoy usted se levantó, pero ¿qué tan confiado en él, se levantó? Lo que le agrada es que confiemos en El, en todas las áreas de nuestra vida, porque nos va a respaldar y que saldremos adelante. Pero confiemos en Él y pongamos en Él nuestra vida. Es importante que todos los días, le digamos “Señor, hoy confío en ti”, en todos los planes que tengamos para el día, ¿sabe por qué? Porque la Biblia es clara en afirmar que a Dios le agrada que confiemos en Él.
Pastor Rubén Reyes
En la segunda parte, nos indica que para ser amigos de Dios, hay que creer que Él existe y además, hay un premio para los que confían en Él. Yo declaro que muchos premios vienen de parte del Señor para nosotros, pero primero tenemos que confiar. Otros ejemplos que podemos dar, son las campañas electorales. Los políticos están ofreciendo un país seguro, empleo, desarrollo, quieren transmitir confianza en que serán un partido seguro y que el país saldrá adelante, porque hay necesidad de ello; también, cuando hay necesidad de hacer un viaje, se debe preparar el vuelo, la línea aérea, entre otras cosas, pero cuando ya estamos en el avión, o confiamos en que el piloto puede hacer despegar el avión, así como aterrizarlo. Pero, ¿por qué? porque como seres humanos, necesitamos:
- Creer en algo
- Confiar en algo
- Saber que estamos seguros haciéndolo
Talvez muchos de nosotros estamos atravesando momentos difíciles en economía, salud, u otros ámbitos, y eso no nos deja avanzar, pero hoy, en el nombre de Jesús, espero que se levante confiando en el Señor, de que él lo sacará del estado en que vino hoy.
Salmo 9:9: “Tú Dios mío, proteges a los que son maltratados y los libras de la angustia, los que te conocen confían en ti, pues nunca los abandonas cuando te buscan”.
El escritor se expresa con mucha seguridad al decir “tú, Dios mío”. Todos hemos sufrido algún tipo de maltrato, tal vez en el amor, en el trabajo, por inseguridad, algo que nos hicieron injustamente y el diablo también lo ha aprovechado y nos ha maltratado, pero la Palabra dice que a los maltratados Él los libra de la angustia, y los que le conocen confían en Él, pues nunca los abandonas cuando lo buscan. Algo que es necesario tener muy claro: vamos a salir de una situación difícil, pero si lo buscamos a Él, cuando Él es el número uno, cuando estamos confiando en Él y esto sólo se logra, teniendo una relación con el Señor.
No nos cansemos de buscar a Dios, a pesar de todos los problemas, porque si lo estamos buscando, el nos promete que no nos abandonará.
1º Reyes 17:1-6: “Elías era un profeta de Quispe, pueblo que estaba en la región de Galaad. Un día Elías le anunció a Ahab: Juro por Dios de Israel, a quien sirvo, que durante varios años no va a llover ni a caer rocío hasta que yo lo diga, y así será. Luego dijo Dios a Elías: Vete de aquí y escóndete en el arroyo de Querib, que está al este del río Jordán, así tendrás agua para beber, y yo le he ordenado a los cuervos que te lleven comida. Elías se fue a vivir al arroyo de Querib como Dios le mandó, y todos los días en la mañana, en la tarde, los cuervos le llevaban pan y carne para que comiera; si quería beber, iba al agua al arroyo, pero tiempo después, el arroyo se secó, pues había dejado de llover en el país.”
Cuando Dios me llevó a este pasaje, busqué el significado del nombre de “Elías” y éste significa “mi Dios es Jehová”, lo que demostró muchas veces en su vida.
Note lo siguiente: Dios es un Dios celoso, es un Dios único, y lo que estaba pasando en ese momento con el pueblo de Israel, incluso con los sacerdotes, es que ellos habían dejado de creer única y exclusivamente en el Señor y habían empezado a creer en otros dioses, entre ellos Baal, en el dios de la lluvia, en el dios del sol, y creían que la lluvia y el rocío caían por voluntad de un dios. Pero Dios estaba preparando el escenario para demostrar que Él es el único Dios. Y aparece Elías, “mi Dios es Jehová”, para ser usado en esta tierra y demostrarle, tanto en los que creían en Baal, como al pueblo de Israel, estas dos cosas:
- Dios es el único Dios
- Dios también castiga a los que ama.
Dios siempre ha amado a su pueblo, siempre nos ha amado a nosotros. En la lectura, nos damos cuenta que Elías se para delante del rey, de la autoridad, y le indica que no lloverá más, hasta que él lo dijera. Era lógico que las autoridades se molestaran contra él, porque era profeta y ellos estaban creyendo en los profetas de otros dioses, entonces, ¿cómo es posible que otro profeta estuviera declarando que no va a llover? Dios le da la instrucción a Elías que se vaya al arroyo de Querib y allí, yo te bendeciré.
Hoy quiero mostrarle tres cosas claras en este pasaje:
1.- La obediencia, sin importar lo ilógico de la situación.
Si yo les dijera, “váyanse a su casa, ya no vayan al supermercado, porque Dios me dijo que les va a enviar zopes para que les lleven un sándwich”, ¿me creerían? Hasta allí llega nuestra incredulidad, porque ustedes no escucharon cuando dije “Dios me dijo” que no vayan al supermercado y van a comer todos los días.
Según los comentaristas, Elías pasó cerca de un año en el arroyo de Querib, ¿en qué momento reprochó, o dijo Elías, no voy? Fue obediente, no importando lo ilógico de la situación, porque confiaba plenamente en lo que Dios le había dicho: vé, allí hay agua y te enviaré comida. Imagínese usted a un cuervo volando con un pedazo de carne, tal vez con hambre, pero no la tocaba porque era para Elías; y al otro cuervo con el pan, con deseos de comerlo, pero no lo hacía porque era para Elías. ¿Lo creeríamos nosotros? Eso es lo impresionante de este profeta y es lo que nosotros debemos aprender, porque a veces Dios nos mete en una situación o lugar, y lo que hacemos es reprochar. Démosle gracias a Dios y si Él nos habló, seamos obedientes y entendamos el proceso.
La obediencia y creer que lo ilógico funciona, o las instrucciones que da Dios, trae bendición. Durante casi un año estuvo comiendo Elías, de la comida que Dios le enviaba: pan, carne y agua. Dios lo había puesto allí, en ese momento, porque lo estaba preparando para la siguiente etapa. ¿En qué momento la Biblia dice que Elías, durante ese tiempo, estuvo orando y hablando en lenguas? No lo menciona, pero sí resalta la obediencia y confianza que Elías tenía en el Señor. No cualquiera hubiera hecho eso, pero había una palabra dictada sobre el pueblo, porque Elías amaba al Señor e iba a hacer lo que Dios le había mandado que hiciera. Dijo: “no va a llover, ni siquiera rocío va a caer, sino hasta que yo lo diga”, luego Dios lo esconde y ahora, viene la siguiente etapa, que tal vez fue después que se secó el arroyo, tal vez después que los cuervos se cansaron de estar volando dos veces al día… veamos:
1º Reyes 17:8: “Entonces Dios le dijo a Elías Vé a Zaret, pueblo de la región de Sidón y quédate a vivir allí, yo le he ordenado a una viuda que te alimente. Cuando llegó a Zareta, vio a una viuda que estaba juntando leña y entonces la llamó y le dijo, por favor tráeme un poco de agua en un vaso. Y cuando la viuda se volvió para traérselo, él le dio tráeme también un poco de pan. Pero la mujer le dijo te juro por Dios, que no tengo pan, sólo un poco de harina en una jarra y un poco de aceite en una botella; ahora estoy juntando leña para ver si preparo para mi hijo y para mí, y después de comer, probablemente moriremos de hambre, pues ya no tenemos más comida. Dice entonces Elías: no tengas miedo, ve y haz lo que has dicho, pero primero cocina un pequeño pan para mí y tráemelo, después prepara para ti y tu hijo, pues el Dios de Israel dijo que no se terminará la harina que está en la jarra ni el aceite que tienes en la botella, hasta que él haga llover otra vez.”
La primera vez, cuando Dios le dijo a Elías que se fuera al arroyo, no le dijo cuánto tiempo; ahora es claro y le dice “vas a vivir allí”. Lo interesante de la instrucción es que el Señor le dice a Elías “yo le he ordenado a una viuda que te alimente”, otra instrucción ilógica, porque las viudas eran las personas más pobres y humildes en ese tiempo y región. Como hombre, tal vez Elías hubiera reprochado, pero le creyó, se levantó y se fue y encuentra a la viuda y le da la palabra que vino de Dios y se la transmite a la mujer de Zareta. Los que confiamos en el Señor siempre debemos estar dando palabras de aliento y confianza en lo que nosotros creemos. No pueden salir palabras negativas ni pesimistas de nuestra boca, tenemos que inyectar fe y actuar; debemos motivar a las personas a ser sembradoras.
Elías se va para ese lugar y entonces le dice a la mujer, tranquila, no temas. Ve, prepara para mí, porque te prometo que Dios ha dicho que no va a faltar nada en tu casa. Lanzó la palabra profética, de fe, sobre esta persona, esa capacidad también la tenemos nosotros y es lo que tenemos que hacer. Debemos dejar de ver las cosas con negatividad y empezar a ver la grandeza de Dios y la gran bendición que tenemos al confiar en Él todos los días.
Elías vivió en medio de una crisis y Dios le mostró que aunque no estuviera lloviendo, nunca dejaría de ser bendecido. Una persona que confía y busca al Señor, jamás dejará de ser bendecido.
Si nosotros, esta generación, logramos creer y confiar en el Señor, así como lo hizo Elías y lo transmitir a nuestros hijos, ¡imagínese lo que podemos hacer con esta nación, con nuestra familia!
Elías le dijo a la mujer “no temas”. El temor, es la guillotina de la fe. Si usted le teme a algo, eso mermará su fe. La Biblia dice que el Señor nos ha dado un espíritu de valentía, poder y dominio propio. Las cosas a las que tememos, repréndalas en el nombre de Jesús.
1º Reyes 17:15: “La mujer fue e hizo como Elías le dijo, y tanto ella como su hijo y Elías tuvieron comida durante muchos años. Ni la harina de la jarra ni el aceite de la botella se acabaron. Así se cumplió lo quqe Dios había dicho por medio de Elías.
2.- Una persona que confía en Dios, siempre va a estar experimentando la multiplicación en sus vidas. El que confía en Dios plenamente y lo busca a diario, siempre experimentará la multiplicación en su vida. La prioridad de Jesús, todos los días, era orar. Después lo llegaban a buscar sus discípulos, porque había que sanar, liberar a los cautivos. Era un hombre que confiaba en Su Padre y todo lo que hizo se multiplicó: los panes y los peces, los discípulos, porque confiaba en el Padre. Igual nosotros, así también Elías, porque confiaba en el Señor.
1º Reyes 17:17: “Un poco después, el hijo de la viuda se enfermó. Su enfermedad era tan grave que dejó de respirar. Entonces la mujer dijo a Elías: profeta, ¿qué tienes en mi contra? ¿has venido a recordarme mis pecados y a castigarme con la muerte de mi hijo? Y entonces Elías le contestó: Dame a tu hijo. Elías tomó al niño del regazo de la viuda y lo llevó a su propia habitación, lo acostó sobre su cama luego le rogó a Dios en voz alta, Dios mío, ¿cómo puedes traer tal desgracia sobre la viuda, que me recibió en su casa? No dejes morir a ese niño. Luego de haber dicho esto, Elías se tendió tres veces sobre el cuerpo del niño y en voz alta le rogó a Dios, diciendo: Dios mío, Dios mío, devuélvele la vida de este niño. Dios escuchó la oración de Elías y el niño volvió a vivir. Entonces Elías tomó al niño y lo bajó del primer piso, se lo entregó a su madre y le dijo: Mira, tu hijo vive. La mujer le contestó: Ahora sé que de veras eres profeta de Dios y que tus mensajes vienen de Él.
3.- La persona que confía en el Señor, siempre traerá más vida.
El mensaje, las acciones, lo que sucedió, revolucionó la casa de la mujer de Zareta, con provisión y vida. A donde quiera que vayamos, nosotros somos portadores de la vida y de la vida eterna. Somos de las personas que presentamos a Jesús, nuestro Salvador, tenemos la unición de Dios para que se hagan los milagros. Elías no sólo estuvo en la casa de la viuda, comiendo, sino cuando llegó el momento crítico, accionó y Dios le habló y lo usó, y la mujer reconoció que era profeta y llevaba un mensaje de Dios. Las personas que confiamos en el Señor, llevamos un mensaje de Dios y los milagros nos deben acompañar. Hagamos algo, accionemos, porque confiamos en el Señor. Sanidades, liberaciones se harán, porque estamos confiando en el Señor.
A pesar de lo que estemos pasando, de la adversidad, de la escasez, Dios te dice: Estoy contigo, no estás solo, y donde estés parado hoy, no importa cuán difícil sea la situación, yo te sacaré y saldrás adelante, en el nombre de Jesús. Dios jamás nos va a abandonar, pero busquémoslo de todo corazón.