La inversión más sabia que usted hará
(Siendo mentor de futuros líderes)
“Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar.” (Marcos 3:14)
Jesús dio la bienvenida a las personas que se acercaron a Él para que fuera su mentor. Él era y fue su mejor mentor. Él convirtió humanos imperfectos en líderes efectivos. Jesús hizo todo lo que un mentor puede hacer, para habilitar a sus discípulos a florecer en sus vidas personales y en sus ministerios.
En Mateo 11:29-30, Él dice, “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”. En esos días, el yugo se usaba con los bueyes, para cuando trabajaban en el campo. El yugo del que Jesús hablaba era uno diseñado para arrear dos bueyes, uno fuerte y uno débil. El más débil de los dos era llevado para aprender lo que significaba trabajar en el campo, a través de “estar en el trabajo”, siendo entrenado por el buey más fuerte. La mayoría del peso era cargado por el buey fuerte hasta que el proceso de desarrollo era completado. Qué imagen tan clara de lo que es aprender bajo un mentor.
Una definición de ser mentor de alguien…
Una experiencia de relación, donde una empresa faculta a otra, compartiendo los recursos que Dios le ha dado.
Una definición de facultar
Es el acto de dar su poder a otro, para que pueda servir efectivamente.
Liderazgo y compromiso
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1. Debemos estar comprometidos con una persona.
Las personas a las que servimos como mentores, deben sentir nuestro compromiso hacia ellos como personas y no como si fueran un proyecto. Debemos amarlos y tener sus intereses en mente. Los líderes no se pueden desarrollar en multitudes masivas. Son desarrollados individualmente a través de la vida, por medio de recibir el apoyo de un mentor en su vida diaria.
Pregunta: ¿A quién podría usted ayudar como mentor o capacitar para el ministerio?
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2. Debemos estar comprometidos a un proceso.
Va a haber altas y bajas en el período en el que usted sea mentor de algunas personas. Nosotros debemos dar un paso atrás y ver el proceso en el que están, los pasos que necesitan dar para crecer, y entender el cuadro completo de sus vidas. Tenemos que tener discernimiento.
Pregunta: ¿Qué pasos necesita usted dar para entrenarlos?
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3. Debemos estar comprometidos con un propósito.
Nuestro compromiso final debe ser con el resultado último. Debemos determinar que les vamos a ayudar a llevarlos de donde están, a la meta que ha sido establecida mutuamente. Así como Dios va a completar la obra que ha comenzado en nosotros (Filipenses 1:6), debemos ver la obra terminada dentro de las personas a las que estamos sirviendo como mentores y cumplir nuestro compromiso hacia ellos. Nosotros debemos ser diligentes.
Pregunta: ¿Qué propósito está cumpliendo usted?
Juan 15:15
“Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”.
Mateo 28:18-20
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.