¿Quién soy yo?

Éxodo 3:11-12 RVR60 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. 

El señor se le había presentado a Moisés, la aparición en la zarza ardiente fue algo especial para la equipación de Moisés, para la tarea que le esperaba todavía por delante encender su llama y ver que el fuego de Dios nunca se extinguía, cuando Moisés se acercó y Dios se le presentó su vida fue transformada, en un momento de intimidad en un momento de soledad el señor se acercó a Moisés y le explicó su propósito, muchas veces nosotros andamos viendo que otra persona nos de nuestro propósito, pero es la unción del Espíritu Santo la que revela el propósito de Dios en tu vida y la unción no solo se vive el día del servicio, la debo de anhelar todos los días de mi vida, Moisés se acercó a la zarza, estaba en el momento menos espiritual de Moisés pero el señor se le presenta y tiene un encuentro con Dios y esa experiencia de ver una zarza ardiente es la que permite durar el resto de su vida en el propósito que Dios le revela, a él lo activaron en el momento que se acercó a la zarza se le activo su espíritu el señor se acercó a su vida.

Esa fue la experiencia que nosotros vivimos cuando Cristo Jesús se nos reveló en nuestro corazón, porque no es del que quiere ni del que corre sino del que Dios tiene misericordia y de mi Dios ha tenido misericordia de usted Dios ha tenido misericordia, Cristo se le ha revelado a su corazón se le acercó le llamo su hijo y le ha dicho todas las promesas de herencia reveladas del padre a usted por haberlo reconocido, usted tuvo una activación en su espíritu y el señor le habla, lo que sucede es que muchas veces no tomamos el tiempo para que el señor nos hable, nos dé instrucciones, en ese tiempo no había venido Cristo Jesús a redimir al mundo, se le presentó Dios directamente a Moisés por medio de la zarza hoy nosotros tenemos la redención de un Cristo que nos ama que murió en la cruz del calvario que derramó de su sangre preciosa para que yo tuviera libertad, para que yo tuviera bendición, para que yo recibiera el poder y la autoridad del Espíritu Santo y muchas cosas a mi alrededor puedan cambiar y ser diferentes, no es solo que me saque de mis problemas, cuando yo entro a la presencia de Dios lo que voy a anhelar es que Él me toque que Él me llene, que me dé su poder y autoridad y que todas las cosas que son para nosotros difíciles sean resueltas en la dimensión de Dios pero que yo viva su gloria pero nosotros no pasamos de un pliego de peticiones hay algo más que se llama la gloria de Dios acercándose a tu vida y transformando tu vida.

El señor le dijo “Moisés tu eres el libertador de mi pueblo” el fuego de Dios nunca se extinguió de Moisés esto era la manifestación de la eternidad y la pasión por Dios que continuamente ardería en Moisés hasta el fin de sus días, en ese momento el corazón de Moisés fue transformado para siempre por su experiencia con la zarza ardiente, mi corazón ha sido transformado por conocer a Jesús, todas las religiones del medio oriente creen en Dios, a Moisés se le reconoce como un libertador pero a Jesucristo no lo reconocen todas las religiones y Jesucristo es el libertador de nuestro corazón, el señor transformó mi corazón y va a seguir transformando mis pensamientos y mis conductas si yo me acerco a buscarle todos los días de mi vida es momento que nosotros nos despertemos, el que busca el reino de Dios y su justicia todas las demás cosas le son añadidas cuarenta años fue Moisés el hijo adoptivo de la hija de Faraón sumergido totalmente en su cultura, formado como un individuo arrogante autosuficiente y por eso que en el momento en que mata al egipcio toma la ley por sus propias manos, y el señor lo lleva al desierto e inicia su proceso y allí se le presenta.

Éxodo 3:11 RVR60 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Él no tenía determinado su propósito hasta que el señor se lo da.