Tenemos un verdadero poder con Dios cuando ayunamos si estamos siguiendo Sus mandamientos. Sin embargo debemos recordar que nuestra experiencia del ayuno no tendrá el poder espiritual que Dios intenta darnos, a menos que estemos bien fundados en la preparación apropiada, la cual incluye el hecho de ser guiados por el Espíritu Santo.
Antes de estudiar cual es poder o galardón del ayuno, necesitamos saber cuál es el ayuno correcto y el incorrecto.
a. El ayuno con el motivo incorrecto (No aceptable ante Dios).
Es posible ayunar con un motivo incorrecto, de manera que es conveniente examinar lo que Dios tuvo que decir sobre el ayuno erróneamente motivado de Israel.
En lugar de ser guiado por el Espíritu Santo de Dios, el ayuno de Israel había sido motivado por los deseos del orgullo carnal. Dios quien nunca hace acusaciones falsas porque Su omnisciencia discierne los motivos del corazón, acuso a Israel de estar ayunando para obtener placer, para contención, para debates y para herir.
a.1. Ayunar para obtener placer: La razón por la que a Dios le desagradaban los ayunos de Israel, era que en lugar de ayunar para mortificar su carne, ayunaban porque estaban enamorados del placer de los bienes materiales. Aunque los israelitas exteriormente cumplían con el rito del ayuno y aparentemente estaban afligiendo sus almas, realmente estaban llenando sus ayunos con los placeres de sus propios pensamientos y voluntades de cómo obtener mayores bienes materiales.
“Y sin embargo, dicen: ¿Para qué ayunar, si Dios no lo ve? ¿Para qué sacrificarnos si él no se da cuenta? El día de ayuno lo dedican ustedes a hacer negocios y a explotar a sus trabajadores; el día de ayuno lo pasan en contiendas y debates y golpean con maldad. Un día de ayuno así, no puede lograr que yo escuche sus oraciones. “Isaías 58:3,4
Nosotros también estamos tentados a llenar nuestros ayunos con actividades placenteras para que el tiempo se vaya más rápido. Sufrimos menos durante un ayuno si nuestras mentes y cuerpos están ocupados con otras cosas, como ir de compras o dar un paseo.
a.2. Ayunar para contención: La segunda razón para el desagrado de Dios por los ayunos de Israel, fue que en lugar de ayunar para incrementar su poder de oración con Dios, estaban motivados por un espíritu de contienda.
“He aquí que para contiendas y debates ayunáis…”Isaías 58:4
La palabra contienda en hebreo significa una competencia, contención, controversia, regañar, quejarse, sacudir, estar peleado, reprender. Algunas veces también nosotros deseamos recibir conocimiento y dones espirituales del Señor Jesucristo, no porque queramos ser como Él en Su naturaleza humilde, sino porque queremos el poder de la exaltación que dan este conocimiento y dones sobre la gente.
c. Ayunar para debates: La tercera razón para el desagrado de Dios sobre los ayunos de Israel era que, en lugar de desear una mayor revelación de la Palabra de Dios a fin de poder obedecerla personalmente, estaban motivados por el deseo de obtener más conocimiento en la Palabra a fin de usarla para fortalecer su poder de debate.
d. Ayunar para herir: La cuarta razón por la que a Dios le desagradó el ayuno de Israel fue que en lugar de ayunar para encontrar descanso físico, mental y espiritual, estaban motivados por el deseo de herir a otros con el puño de la iniquidad a fin de obtener bienes materiales.
Israel estaba ayunando solo en el sentido externo; estaban afligiendo sus almas en lugar de permitir que fuera el Señor quien lo hiciera. Inclinaban sus cabezas exteriormente como si estuvieran sintiendo una profunda tristeza, pero interiormente no había verdadera humildad ni arrepentimiento en su corazón.
“¿Creen que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse con ásperas ropas sobre ceniza, eso es lo que llaman ayuno y día agradable al Señor?” Isaías 58:5
Hay quienes utilizan el capítulo 58 de Isaías para tratar de probar que no es necesario el ayuno, y todo lo que logran probar es su falta de entendimiento acerca de lo que el Señor estaba reprobando en Israel en esta ocasión. Dios estaba corrigiendo los motivos del ayuno, y no el ayuno en sí. De hecho, Dios no se detiene ahí, sino que una vez revelado los motivos erróneos del ayuno de los israelitas, prosiguió revelando cual es el ayuno correctamente motivado.
2. El ayuno correctamente motivado (Aceptable ante Dios).
Debemos ayunar para agradar al Señor si queremos tener poder en Él, y que nuestras voces sean oídas en lo alto. Nuestros motivos deben ser correctos. A continuación veremos cuales son estos motivos:
“El ayuno que a mi me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y que desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes al fin con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes” Isaías 58:6-7
a. Desatar las ligaduras de impiedad y compartir el pan con el hambriento: Las cadenas de injusticia son las ataduras del amor egoísta por el placer. Esto es una verdadera esclavitud porque las ligaduras del amor por el placer nos atan a todo lo que es egoísta, hasta llegar a la exclusión del interés por Dios y por los demás. Al buscar nuestra propia satisfacción, nos olvidamos de las necesidades de otros seres humanos en derredor nuestro. Evidentemente el compartir el pan se refiere tanto al lado natural como en el espiritual.
Tan solo una palabra hablada con la sinceridad del corazón tiene poder para levantar a una persona del abatimiento que causan la soledad y el desaliento. Aún después de que esa persona se ha retirado, ese pan sigue sosteniéndola y fortaleciéndola.
b. Deshacer los nudos que aprietan el yugo y recibir al pobre en tu casa: Nuestra propia contienda es una carga bastante pesada, pero tener que cargar con el espíritu de contención de otros, es casi más de lo que el alma puede soportar. En tanto que el espíritu contencioso nos siga empujando para contender en la obtención de superioridad y reconocimiento personal no pondremos atención ni al pobre ni al necesitado.
La pobreza no esta limitada al ámbito físico y de hecho la peor clase de pobreza es la espiritual. Aunque comparando con lo que deberíamos tener en Dios, todos somos espiritualmente pobres, sin embargo, hay quienes son todavía más pobres que nosotros. Pero que triste es ver al pueblo de Dios cargando con el espíritu de contención que los mantiene luchando continuamente por obtener más exaltación, más y mayores bendiciones, mayor bien, en lugar de compartir su sustancia con los pobres.
c. Dejar ir libres a los quebrantados y cubrir a los desnudos: El ser más quebrantado y oprimido que conocemos es el hombre espiritual dentro de nosotros, y no hay nada que oprima más y quebrante más que el espíritu de debate que estaba motivando el ayuno de Israel. Debemos liberar al quebrantado hombre espiritual y dejarlo salir libre. Hacemos esto mortificando al hombre carnal, que lucha y codicia contra el hombre espiritual. Dado que nuestro hombre espiritual y nuestro hombre carnal comparten el mismo cuerpo físico, la carne tiene acceso mental a la Palabra de Dios revelada cuando esta llega a nuestro hombre espiritual. En lugar de utilizar la Palabra de Dios para cubrir y vestir a los demás con la verdad, el espíritu de debate usa el conocimiento para descubrir y exponer la desnudez espiritual de otros.
d. Romper todo yugo y no escondernos de nuestra propia carne: Este motivo es todo un contraste con la orgullosa voluntad de Israel, que los llevó a ayunar para herir con el puño inicuamente.
El orgullo es un yugo poderoso, que nos impulsa a herir a otros con el puño de la iniquidad. También hace que nos escondamos de nuestra propia carne, y que tercamente rehusemos reconocer la realidad de la presencia del orgullo en sus muchas formas de maldad. Dios manda romper el yugo del orgullo, y la manera de lograrlo es mediante el ayuno sincero y la mortificación de la carne.
3. El galardón de poder.
“Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y mi gloria te seguirá.” Isaías 58:8
a. Luz: La luz es el primer galardón de Dios para un ayuno hecho de manera aceptable. Todos queremos y necesitamos luz, tanto natural como espiritualmente. No podemos orar correctamente sin la luz de humildad de la Palabra revelada de Dios.
b. Sanar: El apóstol Juan escribió en su tercera epístola diciendo “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad” (3° Juan 1:2) La salud física no es la única clase de salud. A veces por ejemplo nos vemos afligidos por un corazón desmayado; o por una voluntad difícil que quiere darse por vencida y dejar de servir a Dios; o es tal vez una mente enferma que nos hace imposible el pensar con claridad.
c. Rectitud: Este grado particular de justicia proviene de dar limosnas, que proceden de lo ha sido ahorrado cuando ayunamos, porque al ayunar no necesitamos comprar comida.
d. Gloria: Además de darnos luz, salud (tanto interna como externa), y un poderoso escudo protector de justicia que va delante de nosotros, Dios nos promete una gloriosa protección para la retaguardia o las espaldas. La gloria protectora para nuestra retaguardia proviene de la gloria de la propia espalda de Dios. Moisés tuvo el privilegio de contemplar esta porción de la gloria del Señor, y su intensidad hizo que la misma piel de su rostro brillara irradiando rayos de luz, o cuernos de luz, causando temor y respeto reverencial en los corazones de la gente.