Dios restaurará todo (Eclesiastés 3:14-15)
Sólo podemos ser restaurados si somos sanos; ya tenemos a Jesús en nuestro corazón, pero por dentro aún no estamos como Dios quiere que estemos: completamente restaurados. Somos más efectivos, si somos restaurados.
Restaurar: Es poner algo en su estado original, o regresarle la estima o el valor que algo tenía originalmente.
Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, el deseo de Dios fue restaurar todo lo que no estaba bien. El deseo de Dios es restaurarnos.
En Salmos 80:3, encontramos tres cosas que debemos pedirle al Señor, poner en práctica.
- Que nos restaure. Podemos pedirle que nos ponga en el estado original, que vuelva a ser de gran estima para Él.
- Que haga resplandecer Su rostro. Esta frase se relacionaba con los reyes, cuando un rey veía a un suplicante y este le sonreía, el suplicante sabía que su súplica sería contestada favorablemente. “Para que contestes la petición de mi corazón.”
- Que nos salve. Tendremos la salvación eterna en Cristo Jesús.
Lo primero que restauró Jesús fue la autoridad. Jesús enseñaba como alguien que tiene autoridad, aparece un endemoniado EN LA SINAGOGA, Jesús restauró la vida del poseído, sanó a la suegra de Pedro, le restauró la sanidad física.
En todo el caminar de Jesús, el restauró todo lo que estaba en contra de su voluntad. Dios siempre ha deseado que disfrutemos de sus bendiciones.
Muchos andan con cargas y estas pueden ser: los jefes, las empresas, los trabajos, diferentes situaciones, pero Dios nos dio todo para que lo disfrutemos. Nuestros pensamientos deberían ser:
- “Que mi empresa sea restaurada aún más en este día”
- “Úsame para restaurar a otros”
- “Restáurame para que yo pueda restaurar a otros”
En Marcos 5:1-5, encontramos algunas características de alguien no restaurado y poseído por demonios:
Vivía en los sepulcros, gritaba, nadie lo podía detener, destruía las cosas y se hería a sí mismo. “Qué horrible es encontrarse a alguien así”. En la actualidad, podemos encontrar personas no restauradas que tal vez por fuera no se hacen daño, pero por dentro, se lastiman a ellos mismos.
Estas características las encontramos en personas comunes y corrientes, se sienten mejor en lugares de muertos que en lugares de vivos. En los sepulcros se hallaban todas las personas marginadas por la sociedad, habían tumbas y leprosos, eran lugares a los que la gente no quería ir. Hoy en día, las personas no restauradas se apartan de la gente, no comparten con otras personas, son negativas, sólo hablan de muerte.
Dios nos ha llamado a vivir en una libertad extraordinaria, a tal punto que podemos mostrarle a la demás gente, el amor de Dios.
En Marcos 5:15-20, se narra el momento en que el gadareno viene a los pies de Jesús. Allí podemos ver las características de una persona restaurada:
- Sentado
- Vestido
- En su sano juicio
La gente se molesta y le pide a Jesús que se vaya, después de haber presenciado cuando Jesús echa fuera a los demonios del endemoniado gadareno y lo sana. ¿Cómo se va a molestar alguien de ver una restauración como ésta? Tal vez no valoraron la presencia de Dios. Nosotros debemos cuidar que eso no nos pase. Nuestro deseo debería ser ver milagros todos los días, ver cosas mayores.
- Otra característica de alguien restaurado es anhelar estar en la presencia de Dios. Según Marcos 5:18, el gadareno le rogaba a Jesús estar con él. Si hubiéramos estado en el lugar del gadareno, seguramente nuestra reacción hubiera sido similar.
Dios nos ama y quiere algo mejor para nosotros, de ello debemos estar agradecidos todos los días de nuestra vida. Lo que hayamos pasado hasta el día de hoy, vivamos agradecidos con él, porque “separados de Él, nada podemos hacer”. Si no me tomo de la mano de Dios, ¿a dónde voy a ir a parar? ¡Siempre debemos ser o buscar ser el mejor!
Yo no estoy definido por mi pasado, estoy definido por la promesa que tengo en Cristo Jesús.
Yo sé lo que soy hoy, por lo que viene por delante. Dios ya nos perdonó y restauró, ¿Qué hacemos viendo al pasado? ¡Yo no puedo decir que soy un hombre feliz, si vivo del pasado! Un día Dios me restauró, Él me dijo que nada puedo hacer sin Él, vivo por lo que viene por delante y por las promesas que Dios tiene para mí. El pasado no va a definir lo que yo soy y lo que puedo ser. No podemos estar viendo atrás. “Dios nos restauró y ahora nos tiene en alta estima”.
Abraham es un buen ejemplo, a él lo definió lo que Dios le prometió, lo que vendría por delante. Nosotros no somos cualquier cosa, somos “Real Sacerdocio, Nación Santa, Pueblo adquirido por Dios”.
Marcos 5:19
- Testificar. Cuando voy a los míos con un testimonio personal de la restauración de Dios, es mucho mejor que llegar con un versículo, porque ellos están viendo la restauración que Dios hizo en mi vida.
Mucha gente se queja de la situación, pero ¿cuánto hemos testificado para que eso cambie? Estamos restaurados, pero ¿cuántas veces hemos testificado? Aquel cuyo testimonio impacta más, es aquel que ha tenido un pasado muy difícil, tormentoso, pues éste dará mayor testimonio.
- Cuente los milagros pero también hable de la misericordia de Dios.
Misericordia: atributo exclusivo de Dios para salvar y liberar.
¿Cuántas veces hemos hablado de la misericordia de Dios? ¿Por qué nos avergonzamos de Dios? Tal vez hace falta restaurar algo.
¿Qué fue a contar el endemoniado? “Ya no ando en lugares de muerte, ahora soy salvo, tengo mi sano juicio”. ¿Cuántas cosas podemos hablar de nosotros?
Marcos 5:19
“Y se fue a publicar”, a hablar abiertamente de Dios a las ciudades, vemos el efecto de la restauración de Dios, podemos ir a muchos lugares Y TODOS SE MARAVILLABAN.
El gadareno estaba ahora:
1.- En una posición.
2.- Vestido.
3.- En su sano juicio.
4.- Rogaba por estar en Su presencia.
5.- Testificó lo Grande de Dios y su Misericordia.
6.- Proclamó las maravillas de Dios.
Nos falta mucho por hacer, pero si proclamamos de Dios, nos va a ir mucho mejor.
Dios quiere cambiar en nosotros:
- Tu carácter.
- Tu forma de pensar.
- Tu relación con Él.
- Tu corazón herido.
Quiere restaurar la mente y los corazones, que piensen lo que Él piensa, que sientan lo que Él siente.