El llamado de Dios a liderar


 

3. DESPLIEGA UNA PASIÓN

Cuando  una necesidad de fuera se empata con un don de adentro, el líder con frecuencia la persigue al ser consumido por una pasión. Esta pasión es irresistible para otros, y el líder no puede menos que compartirla con aquellos que se quieren involucrar. En el libro de los Jueces, varios líderes experimentaron este tipo de química interna que encendió una pasión. He aquí los ingredientes para una pasión:

 

La pasión llega cuando un líder tiene:

a. Cargas:  Sus intereses y preocupaciones

b. Convicciones: Sus valores, principios y creencias.

c. Dones: Sus aptitudes dadas por Dios.

d. Necesidades: Sus circunstancias desesperadas.

e. Oportunidades: Su momento para involucrarse.

 

La pasión suple la falta de recursos. No cabe duda, es bueno tener recursos, sin embargo muchos de los jueces no eran ricos ni en dinero, ni en personas, ni en talentos cuando empezaron. Gedeón tuvo miedo. Sansón estaba falto de una moral firme. Jefté era impetuoso. Abimelec se enceló demasiado y tuvo que ser reprendido. Parece ser que Ibzán, Elon y Abdón eran personas ya mayores en edad. Esto no detiene a las personas si tienen pasión.

 

Aplicación: La pasión generalmente comienza con los intereses. ¿Cuáles son sus intereses en relación al liderazgo y necesidades que le rodean? ¿Qué es lo que lo hace llorar o enojar? ¿Qué es lo que le parece importante que a menudo usted se siente obligado a actuar?