2. Quita, por la gracia de Dios, cualquier obstáculo de su vida.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:1-2)
Carácter e integridad son indispensables. El carácter se puede definir como liderarse a uno mismo. Una vez que lidere bien sobre su vida, otros talvez le quieran seguir. El carácter es el fundamento en el que la vida del líder se construye. Todo comienza con el carácter porque el liderazgo opera sobre las bases de la confianza. Si la gente no confía en usted, no le van a seguir. Esto es lo que el carácter hace por un líder:
a. Carácter comunica credibilidad.
b. Carácter conlleva respeto.
c. Carácter crea consistencia.
d. Carácter gana confianza.
Para construir un carácter fuerte, los líderes deben escoger:
a. Desarrollar disciplina personal.
b. Desarrollar seguridad e identidad personales.
c. Desarrollar convicciones personales, valores y ética.
3. Se ha puesto a sí mismo a la disposición absoluta de Dios.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:1-2)
Para liderar a otros, debemos desarrollar tres actitudes de total rendimiento a Dios:
a. No debemos tener nada que COMPROBAR. No tratamos de proyectar nuestro valor personal.
b. No debemos tener nada que PERDER. No nos esforzamos por tener buena imagen o popularidad.
c. No debemos tener nada que ESCONDER. No andamos con juegos, sino somos transparentes.