Cultivando la habilidad de tratar con la gente
(El rol vital de las relaciones en el liderazgo)
“Porque ejemplo os he dado para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15)
Por supuesto, nadie ejemplificó la habilidad de tratar con la gente mejor que Jesucristo mismo. En cada lugar Él tenía gente que lo seguía. ¿Por qué? Porque era obvio que las personas eran Su pasión. Él salía al encuentro de sus necesidades donde quiera que Él las encontrara. Jesús tocaba a la gente física, espiritual y emocionalmente.
La base del liderazgo son las personas. Un viejo Proverbio afirma, “Aquel que cree que lidera, pero no tiene seguidores, tan solo está dando un paseo”. Si usted no se puede relacionar con la gente, no le van a seguir. Las relaciones con otras personas harán a un líder o lo destruirán a través del tiempo. Los líderes que son efectivos no se enfocan en ellos mismos ni en su propio éxito. Ellos tienen mentalidad para otros. Para ellos, el éxito significa desarrollar a las personas.
Cuatro verdades acerca del liderazgo y la gente.
- Las personas son el tesoro más preciado de la iglesia.
- El bien más importante de un líder es su habilidad de tratar con las personas.
- Un buen líder puede liderar varios grupos porque el liderazgo se trata de personas.
- Usted puede tener habilidad para tratar con las personas y no ser un buen líder, pero no puede ser un buen líder sin tener habilidad para tratar con las personas.
Lucas 10:30-37
Jesús dijo esta historia en respuesta a un hombre que preguntó: “¿Quién es mi prójimo?” Él habló acerca de un hombre que fue robado y golpeado cuando iba por un camino y dejado medio muerto. Pronto, dos líderes religiosos pasaron por el camino, pero nunca se detuvieron. Es como si fueran de camino a alguna actividad religiosa. Entonces, un samaritano pasó por ahí y ayudó al hombre, cuidó de él hasta que sanó. Jesús entonces preguntó ¿Quién es el prójimo en esta historia? Él enseñó que las relaciones y el ministerio no están circunscritos a su círculo inmediato de amigos (Lucas 10:36-37). Él enseñó que las relaciones con otros son más importantes que muchas actividades espirituales que practicamos (Mateo 5:23-24). Él también enseñó la siguiente verdad: