“Los cambios en sí, no son buenos ni malos, todo depende de la actitud que tomemos frente a ellos…”
“Todo gran logro, comienza con un pequeño sueño…”
Cuando en la historia se habla de grandes hazañas, es difícil imaginar que todo inició con algo pequeño, un sueño vago, un leve deseo que brotó en el corazón de una persona, que tuvo la fe suficiente para creerlo y lograrlo. Cada día, millones de seres humanos comienzan a construir sus sueños, pero al final, solo un puñado de ellos logrará materializarlos.
En el año dos mil cinco, el Pastor Rubén Reyes tomó la dirección de La Red de Jóvenes de la Iglesia del Príncipe de Paz, donde inició con un pequeño grupo de treinta y dos personas, para comenzar una revolución en el liderazgo con el modelo de los doce, dando énfasis a la evangelización en las casas a través de células de alcance. Bajo dicho modelo, se logró impactar el corazón de más de trescientos cincuenta jóvenes, llegando a registrar treinta y dos células, cuatro campamentos juveniles, más de quince encuentros y nueve generaciones de líderes graduados, llenos de pasión y amor por la obra de Dios. También se realizaron cinco retiros de liderazgo, tres fuera de las fronteras de Guatemala; se creó el programa “Semillas de Bien”, el brazo social de la red y se coordinó un grupo de intercesión, cuyo fin era mantenerse en oración continua las veinticuatro horas del día.
Para finales del año dos mil nueve, la Red ya contaba con casi trecientos jóvenes y cuatro academias de formación de líderes, todos con un sólido crecimiento. Fue en ese año, cuando el Pastor Rubén Reyes fue convocado a una reunión, junto a los otros pastores de las diferentes redes de la iglesia, por el Apóstol Josué Muñoz, donde les hizo ver la necesidad de expandir el ministerio a través de ellos; ahí les indicó los lineamientos específicos para la apertura de una iglesia bajo su cobertura y llevar el evangelio a nuevos horizontes. Confiando en que era parte del deseo de Dios para su vida, el Pastor Rubén Reyes comenzó a trabajar en el proyecto, presentándolo en enero de dos mil diez, recibiendo el visto bueno ese mismo mes. Con esta nueva visión, se comenzó a contactar al equipo base para cubrir los puntos clave del ministerio. No fue sino hasta el diecisiete de octubre de ese mismo año, cuando se celebró el primer servicio de la Iglesia Amigos De Dios, en un Hotel de la zona diez de la ciudad de Guatemala, con un grupo inicial de noventa miembros adultos y nueve niños. Para el doce de diciembre de ese mismo año, se formalizaron las reuniones, lanzándose oficialmente la visión de la iglesia.
El tres de abril de dos mil once, será recordado por muchos como el día de bendición del ministerio, ya que en el altar de la Iglesia del Príncipe de Paz, fue presentado oficialmente el Pastor Rubén Reyes junto al equipo de líderes que trabajarían en el nuevo proyecto. Ahí fueron bendecidos por el equipo de pastores de dicha iglesia, enviándolos a “Restaurar la amistad con Dios en cada familia de Guatemala y las naciones”