1º Reyes 18:17-18: (TLA) “y cuando lo encontró le dijo: -¿Así que eres tú el que trae tantos problemas a Israel? Elías le contestó: -No soy yo el que trae problemas sobre Israel, sino tú y tu familia. Porque ustedes han dejado de obedecer los mandamientos de Dios y adoran las imágenes del dios Baal.”
¡Qué interesante la respuesta que Elías le da a Acab! Note que el profeta le dice a la máxima autoridad: no soy yo, eres tú y tus generaciones.
Ustedes recuerdan que, según la historia, Baal era el dios de la fertilidad y de la lluvia; era muy amado porque si no llovía, no había comida. Pero Elías le dice a Acab que son ellos los que tienen la culpa, por dos cosas:
1. Abandonaron los mandamientos del Señor
2. Destituyeron al Señor del primer lugar y se lo dieron a otra cosa.
Elías le dice a Acab que se encuentran en esa situación, porque abandonaron los mandamientos de Dios y en su lugar, adoraban a Baal. Muchas veces, nosotros anhelamos ver la mano y el poder de Dios, pero no nos hemos puesto a pensar, si abandonamos los mandamientos del Señor. ¿No le ha pasado? Hoy el Señor les hablará claro: a veces no suceden las cosas, porque hemos abandonado sus mandamientos, los cuales son parámetros de vida, de éxito, con lo que podemos disfrutar nuestra vida.
Deuteronomio 5:1-21 se refiere a los mandamientos del Señor, éstos hay que aprenderlos y ponerlos en obra, de lo contrario, nos veremos envueltos en problemas. El versículo 1 dice: “Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a vuestros oídos, para que los aprendáis y pongáis por obra”. Si no aprendemos y ponemos en práctica los mandamientos de Dios, nos metemos en problemas.
Entonces, por culpa del rey y su familia, de no obedecer los mandamientos previamente establecidos, se encontraban en esa situación. En ese tiempo, Israel cambió los mandamientos por otros dioses y, como consecuencia, sufrían sequía y hambruna extrema.
A partir del versículo 2, continúa: “El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotros, con todos aquellos de nosotros que estamos vivos aquí hoy. Cara a cara habló el Señor con vosotros en el monte de en medio del fuego, mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y vosotros para declararos la palabra del Señor, porque temíais a causa del fuego y no subisteis al monte. Y Él dijo: “Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre” – y es aquí donde inician los mandamientos: “No tendrás otros dioses delante de mí”. Fue lo primero que empezaron a hacer, con los baales. ¿Cómo no estarían en problemas? Esto fue vigente entonces y aún lo es en nuestros días. No debemos poner a nadie ni nada, en el primer lugar en nuestra vida, en ese lugar especial que le corresponde al Señor; si estamos bien con Dios, estaremos bien en cada ámbito de nuestra vida. Pero estas personas se metieron en problemas porque abandonaron los mandamientos de Dios.
Nosotros fuimos diseñados para adorar. Adoración es amar intensamente algo, de manera prioritaria. Nosotros lo podemos hacer. Los que tuvimos un noviazgo y llegamos a conquistar a la que hoy es nuestra esposa, sabemos que podemos enamorarnos y que podemos conquistar, y lo podemos hacer. Debemos entender que para disfrutar de nuestra vida, no debemos abandonar los mandamientos del Señor y quitarle el primer lugar, si lo hago, habrá problemas.
Hay cinco cosas que Elías cuidó para llegar a ver lo sobrenatural de Dios. Para algunos, la vida del cristiano puede ser aburrida, porque pensarán: “sólo se la pasan cantando, ofrendando, escuchando un mensaje y orando”, porque definen la felicidad como fiesta y bebida, pero la felicidad no se limita a eso. Cuando uno empieza a ser más feliz en los caminos del Señor, es cuando empieza a ver aún más la manifestación sobrenatural de Dios, cuando contesta de manera sobrenatural. Yo seguiré testificando siempre lo siguiente: Hasta hoy, tengo a mi mamá que se tuvo que haber muerto hace dieciocho años, porque le dio cáncer y ella siempre me dijo, cuando le hacían biopsias –primero de la tiroides y después en un hueso- vamos a confiar en Dios, con todo nuestro corazón. Mi mamá le inyectó fe a la familia y a mí, y hoy, cuando la veo viva; ustedes saben que cuando extirpan la tiroides, las personas tienden a engordarse o a adelgazarse, y vivir con pastillas. Mi mamá es una mujer normal en su tamaño y peso, en ella veo lo sobrenatural de Dios. Y sé que si el Señor hizo algo sobrenatural en mi mamá, lo hará en mí; si lo hace en mí, lo hará en ustedes. Podremos ver cosas mayores y la gloria de Dios, pero debemos creerle con todo nuestro corazón.
1º Reyes 18:19-20: “Ordena que los israelitas se reúnan en el monte Carmelo. Que vayan también los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de la diosa Astarté, a los que Jezabel les da de comer. Ahab llamó a todo el pueblo de Israel y reunió a todos los profetas de Baal y Astarté en el monte Carmelo.”