Unos capítulos antes, Pablo es testigo y consentidor de la lapidación de Esteban, a tal punto que no tuvo ningún remordimiento y su pensamiento probablemente era “un cristiano menos”, pero en la porción que leímos, su actitud es “hago de todo, para ganarme a todos, aunque no a todos me los gane, pero voy a hacer de todo”. Si usted notó en el pasaje, en la versión Reina Valera 95 que leímos, menciona la palabra “ganar” varias veces y quiero hacer énfasis en esto: Nosotros, como iglesia, debemos tener esa mentalidad de ganadores. Estamos viviendo tiempos difíciles, las cosas se complican, pero lo que la iglesia necesita y debe de estar convencida, es que somos ganadores en Cristo Jesús, Dios está con nosotros. Pablo dice que hace de todo, para ganarse a todos, hace cualquier cosa para ganar a la gente. La visión que estamos transmitiendo y que debe grabarse en nuestros corazones, es que podremos ganar mucha gente, orar por muchas personas y serán libres, serán sanas, porque Dios está con nosotros.
Usted tiene la capacidad de llegar a pensar así:
a) Cuando usted tiene una buena relación con Dios
b) Cuando ya conoció a Dios
Pablo perseguía a los cristianos, tiene un encuentro con el Señor, le pregunta: “Pablo, ¿por qué me persigues?”, estuvo ciego por varios días, se levantó y empezó a predicar, con mucha energía y usted puede observar todo lo que hizo, aún más que los apóstoles. Cuando leo la vida de Pablo, pienso que sólo fue un encontronazo, pero fue suficiente para transformar su vida y su forma de pensar. Entonces escribe y dice “haré cualquier cosa por ganar”.