6. Sé un padre que celebra. Lucas 15:24 (BLS): “…porque mi hijo a regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado. Y comenzó la fiesta.”
Dios es capaz de restaurar cualquier cosa, pero también, cuando nuestros hijos hagan las cosas bien, celebremos. Este padre hizo ello, lo vistió, le puso el anillo, lo calzó e hizo fiesta. Un padre que no celebra a sus hijos, tenga cuidado. Por muy pequeño que sea el triunfo, hay que celebrarlo, debemos ser un poco más alegres y hacerlo. No hay cosa más linda que celebrar a nuestros hijos sus logros y metas alcanzadas.
Este tipo de padres, son los que Dios admire. Si queremos que Dios nos admire, tratemos de llenar ese perfil, no es muy complicado. Habrá muchas cosas más que se pueden hablar, pero esta historia del padre del hijo pródigo, es especial. Sabemos que el padre es figura de Dios; si nosotros fuimos hechos a su imagen y semejanza, debemos luchar por llenar ese perfil.