Seguridad o Sabotaje

 

Detectando inseguridad en su comportamiento…

Para ser honestos, la inseguridad personal es relativamente fácil de detectar. Fallamos en verla simplemente porque la ignoramos, pretendemos que no está ahí al defendernos y desviar nuestro enfoque hacia otra cosa. Los siguientes son casos de estudio bíblico, en los que personas ordinarias como usted o yo, lucharon con inseguridades comunes de algún tipo. Tome nota de cómo se manifestó en sus vidas.

 

  1. Comparación. Usted se empieza a comparar con otros.

Peligro: Ignora el rol único que usted y otros deberán desempeñar en un equipo.

Ejemplo: Los trabajadores de la viña (Mateo 20).

 

  1. Ignora la gracia de Dios para usted, al estar preocupado con el estatus de otros.
  2. Refunfuña y se queja sobre injusticias que percibe.
  3. Juzga a los demás como menos dignos de las bendiciones que usted recibe.

 

“Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿Qué a ti? Sígueme tú.” (Juan 21:21-22)

 

  1. Compensación. Usted se siente como víctima, y debe compensar por su inferioridad.

Peligro: Falla en confiar en el control de Dios, al tomar los asuntos en sus propias manos.

Ejemplo: Jacob (Génesis 27, 32).

 

  1. Usted maquina cómo estar en ventaja y obtener reconocimiento.
  2. Pelea las batallas irracionales para obtener lo que usted cree que merece.
  3. Podría llegar a la deshonestidad y el engaño para obtener resultados.

 

“No te impacientes… Ni tengas envidia… Confía en Jehová… Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará… espera en él… No te alteres… Deja la ira.” (Salmos 37:1-8)

 

  1. Competencia. Entra a patrones egocéntricos, tratando de realizar más que los otros.

Peligro: Se vuelve obsesivo en construir su propio reino, y hará lo que sea por ganar.

Ejemplo: El hijo pródigo “mayor” (Lucas 15).

 

  1. Tiende a llevar un marcador en la vida.
  2. Tiende a criticar y juzgar.
  3. Tiende a vivir una vida egocéntrica.

 

“Así que, cada uno somete a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarme sólo respecto a sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga.”
(Gálatas 6:4-5)

 

  1. Compulsión. Usted es motivado a obtener la aprobación de los demás; es una persona que busca complacer a la gente.

Peligro: Se arriesga a agotarse debido a motivos impuros y expectativas no realistas.

Ejemplo: Marta (Lucas 10).

 

  1. Se distrae de las prioridades del “cuadro completo”, consumido por su propia actuación.
  2. El cansancio crece debido a que trata de hacer demasiado, por las razones equivocadas.
  3. Tiende a ser perfeccionista.

 

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”
(1ª Corintios 15:10)

 

  1. Condenación. La actitud de juicio hacia uno mismo u otros.

Peligro: La distorsión de la realidad y la tentación de alejarse de su responsabilidad.

Ejemplo: Elías (1 Reyes 19).

 

  1. Ha sido miope a la percepción de sus circunstancias.
  2. Se queja sobre las circunstancias injustas y se siente abrumado.
  3. Teme por su propia desaparición e insignificancia.

 

“Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.”
(1ª Corintios 4:3-5).

 

  1. Control. Para poder sentir que usted vale, siente que debe tomar el mando.

Peligro: Usted piensa en el esquema ganar/perder, y no en el de ganar/ganar. Debido a que está trazando su propio curso, usted arriesga su integridad, protege su propio “campo” y muchas veces se desliza hacia el paradigma de la “escasez”.

Ejemplo: Sara (Génesis 16:1-6).

 

  1. Sus circunstancias determinan su entendimiento del carácter de Dios.
  2. Se envuelve en sí mismo y manipula a los demás.
  3. Eventualmente sufre del síndrome de “mártir”, sintiendo que no puede confiar en los demás.

 

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” (Jeremías 29:11-13)