Dones que un buen mentor da…
- Pintan el cuadro completo
La mente humana piensa en imágenes. Somos gente visual viviendo en una época visual. Historias, analogías y metáforas ayudan a retener la información importante. Cuando los mentores pintan cuadros con sus palabras, ayudan a los que están entrenando a comprender los conceptos con los que están siendo capacitados. Los mentores pintan cuadros a través de historias, analogías, palabras que ilustran, y parábolas.
- Proveen asideros
Cada uno posee algún conocimiento de la verdad. La mayoría de las personas, sin embargo, están determinadas a entenderla tan fuertemente de modo que la puedan usar en la vida diaria. Dicho de manera sencilla, los “asideros”, son cosas de las que nos podemos asir. Le damos a la gente asideros cuando resumimos verdades en una manera amistosamente sencilla. La verdad entonces se vuelve un principio por el que pueden vivir. Cuando alguien hace un “asidero” de algo, significa que ya es suyo, lo puede practicar y comunicar a otros. Un buen mentor puede destilar o cristalizar la verdad de tal manera que lo complejo se vuelva sencillo.
- Ofrecen mapas del camino
Los mapas del camino nos pueden ayudar a darnos dirección, y también una vista del “cuadro completo”. Cuando le damos a alguien un “mapa del camino”, le estamos pasando una “brújula de vida”. Ese mapa nos ayuda a viajar por caminos en los que no hemos estado antes. Este “mapa del camino” espiritual, ayuda a las personas no solo a ver el camino correcto, sino también su relación con todos los otros caminos. Proveen una perspectiva del cuadro completo. Esto generalmente sucede solo cuando nos comunicamos intencionalmente, no accidentalmente.
- Suplen laboratorios
Cuando proporcionamos “laboratorios” a las personas que estamos entrenando, les estamos dando un lugar para practicar la verdad que hemos discutido con ellos. Por definición, los laboratorios son lugares seguros en los que se experimenta. Todos necesitamos un laboratorio para complementar todo el conocimiento y enseñanza que recibimos. En estos “laboratorios” aprendemos a hacer las preguntas correctas, a practicar los ejercicios adecuados, a tener entendimiento de los problemas y un conocimiento experimental de lo que nuestra agenda debiera ser en la práctica. Los buenos laboratorios deben tener resultados medibles y evaluables.
- Suministran raíces
Una de las metas más cruciales que un mentor debe tener para los que están entrenando, es darles “raíces y alas”. Esta frase popular describe la necesidad de cada persona de tener un fundamento para ser cimentado, así como tener la libertad de volar a gran altura y ensanchar sus horizontes. El fundamento que debemos ayudar a cimentar en nuestros discípulos es una “vida basada en carácter” y no una “vida basada en emoción”. Eso les permite poseer convicciones fuertes por las que puedan vivir, así como la autoestima para pararse detrás de esas convicciones. Mientras más profundas son las raíces, más alto puede crecer el árbol, y más resistente va a ser en la tormenta.
- Dan alas
La última palabra ilustradora que describe lo que un mentor provee para la persona que entrena, es “alas”. Les damos alas a las personas cuando los habilitamos para pensar en grande y esperar grandes cosas de Dios y de ellos mismos. Cuando alguien tiene alas, es libre de explorar y probar las profundidades de su propio potencial. Cuando los mentores dan alas, ayudan a sus discípulos a subir a nuevas alturas en sus vidas. Por consecuencia, es muy importante enseñarles tanto a hacer preguntas, como a obtener respuestas.
Pregunta: ¿Cuál de estos regalos les da a otros?