Vive como una persona perdonada

Hoy iniciaremos una serie que titulamos “Una Iglesia Saludable”; sé que entre nosotros hay gente que acaba de empezar en el camino del Señor, y otros que ya tienen años, pero hay momentos en que nos enfermamos, hay algo que nos afecta y ya no somos tan productivos, tan responsables, tan dedicados y tan apasionados para lo que Dios nos ha mandado a hacer.

 

Hechos 2:41-47 (NVI) Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles. Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.

 

 

¿A cuántos, durante el 2011, les dio gripe? A algunos, probablemente les dio dos o más veces; a mi me dio 4 veces, es decir, 4 veces perdí la salud y en ese tiempo físicamente no tenía ganas de nada. Espiritualmente, también nos enfermamos y como consecuencia, no tenemos ganas de hacer nada, nos duele todo, no nos sentimos motivados, no tenemos ganas de hablar del Señor, ni de orar por la gente, de ministrar y de dar un consejo, entonces, espiritualmente ya no somos productivos y ya no estamos haciendo lo que Dios nos ha mandado a hacer. La gran comisión está clara, la sabemos, la entendemos y sabemos de lo que somos capaces, pero muchos no están viviendo como gente perdonada, sino como gente pecadora, que todavía no ha entendido el perdón de Dios; hoy tenemos la bendición de disfrutar del perdón de Dios, de la resurrección y de saber que podemos disfrutar de muchas cosas, pero hay muchas personas que espiritualmente están golpeadas y necesitan medicina, volver a tomar ánimo y encarrilarnos nuevamente en lo que Dios tiene para nosotros. Hay veces que espiritualmente estamos enfermos pero secularmente nos está yendo muy bien, pero si vemos el balance en nuestra vida, probablemente estemos bien económicamente, pero no tenemos la presencia de Dios y no estamos viviendo en su perfecta voluntad, eso es lo que tenemos que buscar como una iglesia saludable, buscar a Dios con todo nuestro corazón, y lo demás vendrá por añadidura. Recién leímos el pasaje donde dice que después de que Pedro predicó, se convirtieron 3,000 personas, pero si usted puso atención, el versículo 42 dice que ellos se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, y en el 46 dice que no dejaban de reunirse en el templo todo el día. Todas esas características son las que nosotros debemos perseguir y quiero desarrollarles hoy, en los siguientes puntos: