En Hechos 2:42 dice que perseveraban en la comunión los unos con los otros; estas personas se apoyaban los unos a los otros, se exhortaban, se animaban y oraban entre sí; acá tenemos muy claro que tenemos que interceder. Yo quiero que usted interceda más, es como se debe vivir en esta iglesia, apoyándonos, exhortarnos con amor, saber que podemos salir adelante juntos; la gente era atraída por los apóstoles porque miraban la unidad que había entre ellos, no se criticaban sino que se animaban, no se detenían en criticar sus defectos y debilidades, sino todo el potencial que tenían.
Hay una tradición judía que habla que Jacob llamó a sus hijos y les dijo “cada uno de ustedes, traiga dos varas” y así lo hicieron; Jacob les pidió que le dieran una vara y delante de ellos, las quebraba y luego les dijo que le dieran las dos, se puso delante de ellos y quiso quebrarlas, pero no pudo, entonces les dijo “así es como tienen que permanecer unidos, para que no se quiebren”. Una iglesia saludable tiene que permanecer unida, empecemos por nuestra familia, porque si en ésta no estamos unidos, ¿cómo vamos a llegar a ser parte de una iglesia unida? Si algo va a atraer a las personas, es que miren nuestra familia unida.